Procesos “estándar” que solo existen en consultoras
No todos los procesos sirven para todas las empresas. En este artículo cuestionamos la obsesión por aplicar modelos estándar sin adaptar, y proponemos una lógica más contextual para rediseñar operaciones de forma efectiva y realista.

Las consultoras adoran los procesos “estándar”.
Modelos en cinco fases, rutas críticas universales, flujogramas con nombres en inglés y madurez en colores. Todo se ve ordenado, replicable, lógico.
Y sin embargo, cuando los llevas a la operación real, nada calza.
¿Por qué?
Porque esas recetas suponen que todas las empresas tienen el mismo contexto, capacidades y cultura. Y eso no podría estar más lejos de la realidad.
El espejismo del proceso perfecto
Hay algo reconfortante en pensar que existe una “mejor práctica” universal.
Un modelo probado que solo hay que seguir al pie de la letra.
Pero ese ideal ignora lo fundamental:
- Las personas que lo ejecutan
- Las restricciones operativas
- La historia y cultura organizacional
- Y lo más importante: el propósito del negocio
Aplicar un proceso estándar sin adaptarlo es como comprarse un traje talla única: no importa si está bien cosido, si no te queda… es inútil.
¿Qué pasa cuando se fuerza un modelo?
- La gente se desconecta
Se impone una lógica que no conversa con la realidad diaria. El proceso se cumple en papel, pero se evade en la práctica. - Se gasta energía en “cumplir” en vez de mejorar
El foco se vuelve el formato, no el resultado. Todo se mide en % de implementación, no en impacto real. - Se frustra el cambio real
Cuando el modelo falla, no se cuestiona el modelo. Se culpa a la empresa. Y se vuelve al ciclo de “no estamos listos para esto”.
¿Qué hacer en vez de copiar el estándar?
Diseñar desde el terreno, no desde la plantilla.
Un buen proceso no es el que se ve bonito en PowerPoint.
Es el que resuelve un problema real con los recursos disponibles.
- Entiende el dolor operativo.
- Identifica los cuellos de botella reales.
- Respeta el lenguaje y cultura interna.
- Mejora desde lo posible, no desde lo ideal.
En Fase Cero no vendemos plantillas de madurez.
Diseñamos procesos que tienen sentido para tu operación, no para una slide.
Porque lo que funciona, rara vez viene pre-hecho.